
El cielo se va poniendo pensativo y serio cada día mas, hasta se podría decir que esta triste..porque empieza a lucir su vestido gris con mucha frecuencia…y quien sabe?,quizás si llora a escondidas porque extraña el apasionado sol del verano. Es imposible no detenerse y pensar como año tras año los árboles resisten los cambios de estación, desde estar hermosos y felices hasta quedar secos y apagados, cualquiera diría que nunca mas volverán a florecer y sin embargo nos sorprenden cuando vuelven a renacer recordándonos que todo tiene su tiempo.
Creo que cierta forma somos como los árboles. Nuestra vida va corriendo llena de ciclos y etapas al igual que las estaciones. Hay épocas en que los días son cálidos y llenos de disfrute y alegría, todo brilla y nosotros corremos sofocados sin pensar en nada, tratamos de vivir el momento al máximo. Después están las épocas en todo se nubla, hay personas que amamos mucho y se nos van sin avisar, los conflictos cotidianos parecen ensañarse con nosotros, la tristeza y el dolor a veces son muy intensos y nos sentimos sin fuerzas para enfrentar los momentos fríos y difíciles que vienen y no parecen irse, a menudo estas etapas parecen extremadamente largas ya que exigen de nosotros valor y fe cuando pensamos que nos hundimos sin remedio.
Finalmente llegan las épocas en todo parece renacer con colores hermosos, sin darnos cuenta vamos olvidando los días pasados y sonreímos esperanzados viendo que se acercan tiempos buenos, van surgiendo cosas y emociones nuevas, nos llenamos de ilusiones y sentimos que tenemos tanto por hacer, que todo nos invita a ser felices y que vale la pena seguir adelante. Y todo se repite vez tras vez, y como los árboles permanecemos firmes a pesar de todo. Cada vez somos mas fuertes, nuestra madera es mas dura y nuestras raíces mas largas. Y nos damos cuenta que si hemos resistido, es porque la cúspide de nuestro árbol solo ha mirado hacia el cielo.....