
En el transcurso de la conversación, empecé a darme cuenta de lo que pretendías decirme y fui atando cabos y buscando la respuesta adecuada a tu pregunta inicial. Porque en verdad que la situación de marras era compleja (no sé porqué siempre me tropiezo con historias que desbordan cualquier atisbo de imaginación) porque estar enamorada de dos hombres a la vez y que uno de ellos sea tu actual compañero y encima me digas que ya no puedes vivir sin el uno y el otro, no es algo que uno se encuentre todos los días.
Explicar me lo explicaste bien, o eso creo, pero la respuesta que me pediste era para meditarla detenidamente. A ver si me aclaro...........la razón te dice que tu actual compañero es el que te da estabilidad económica y emocional, en resumen al lado del cual llevas una vida mas o menos organizada, cómoda, feliz y predecible; tu “otro” amor es el que te proporciona ese atisbo de irracional emoción, la aventura de lo desconocido, la ternura que añorabas, las miradas que echabas en falta, el vértigo de lo prohibido, el sexo imaginativo ( a este paso te proporciona todo lo acabado en “ivo”..........como aumentativo) y esa es la locura de tu vida oculta.
Y me preguntas que camino tomar y yo la verdad no sé que decirte; habitualmente las personas toman el camino más fácil, aquél que les proporciona estabilidad y tranquilidad a la hora de vivir y dejan en segundo lugar ciertas emociones que, no por deseadas, se les ofrecen peligrosas o irrealizables. Pero la otra alternativa, la locura de lo arriesgado, me parece atractiva porque a ciertas edades a uno le apetece vivir todo lo que es posible vivir no sea que el camino se pare de repente ( algo que en estos tiempos suele suceder a menudo, por desgracia) y luego en el “otro barrio” se arrepienta de no haberse decidido.
Pero eso es algo tan personal, tan íntimo, que nadie y menos yo, tendría que decidir por ti; es decir si te doy una contestación corro el peligro de equivocarme yo en vez de hacerlo tú y eso es algo que se me antoja irresponsable. Pero por otro lado me lanzas un reto y es el de ponerme a pensar que haría yo en tu lugar y yo no estoy para dar consejos de ese tipo porque al fin y al cabo vivo en una especie de locura intemporal en la que me metí con todo conocimiento y en la que me encuentro muy a gusto, entre otras cosas porque es tan hermosa, que dudo mucho que quedándome en el sofá viendo la televisión, podría haber llegado a vivir.
Bien pensado todos vivimos dentro de la razón cotidiana, pero haciendo equilibrios con cierta forma de locura; así que se me ocurrió decirte que lo mejor era vivir de las dos formas posibles hasta que la cuerda se rompiera por algún lado; eso sí, sabiendo que cuando eso sucediera habría heridas profundas que restañar y espero que tengas la suficiente inteligencia para, cuando eso ocurra, no pierdas a la parte afectada y sigas manteniendo con uno de los dos un vínculo de amistad, porque eso sería bueno para todos, pero sobre todo para ti; te lo dice la voz de la experiencia.
Te preguntarás el porqué de estas palabras y lo entenderás cuando te diga que esa vida tuya tan llena ahora, alguna vez se romperá en algún sitio, porque es muy difícil no equivocarse nunca cuando se lanza un suspiro o cuando la mirada se dirige al lugar equivocado (incluso diría que cuando se sueña en voz alta) Siempre hay una primera vez y después una segunda; mi deseo y ojalá se cumpla, es que ese suceso tarde muchos días y muchas noches en suceder porque esa mirada tuya en la que se refleja la sonrisa de la felicidad bien merece el esfuerzo y en verdad que contemplándote uno adivina que estás plena de todo lo que uno ansía y persigue.
Tú tienes ahora, lo que muchos y muchas darían por tener; la perfecta combinación de tener a tu lado y a tus pies, las dos caras del sueño de cada uno de nosotros y nosotras. Por un lado aquello que centra tu vida, poco romántico es verdad, pero cariñoso y con mucho amor que darte; por el otro está la vida y la forma de sentir que arrastra y nos lleva por senderos inexplorados, excitantes y prohibidos, pero que llenan esa parte de nuestra vida que pocos se atreven a vivir, pero que todos desean experimentar.
Tu valentía (o tu osadía que da igual) han conseguido que se sienta palpitar el eco de la felicidad y que a tu alrededor exista un halo de perfecta armonía entre lo que se quiere y desea y lo que se ama y se retiene. Y yo solo pido para que cada vez que te vea, perciba que lo que te sucede te hace más feliz a cada instante, eso me llevará a pensar que tu y yo teníamos algo de razón al decir ¡Que importa si soy feliz! Porque lo importante al fin y al cabo es oír la palabra ¡Te Quiero! Lo que menos importa es de que labios o de cuantos, lo verdaderamente importante es oírla cuantas mas veces mejor y si encima son sinceras entonces nos encontraremos con algo más que un sueño, sería la panacea a todos los males del alma.
Ahora mismo te soltaría una frase que, por repetida, puede sonar fatal, pero es la única que podría utilizar en este momento; hace referencia a la sana envidia que te produce el ver a un ser querido con la felicidad reflejada en su rostro ante algún acontecimiento que le produzca satisfacción, te diría...........¡Cuando sea mayor, me gustaría ser como tú!
Y ya no escribo más por hoy; en realidad esta es tu historia y eres tú la verdadera protagonista y la que debes de contarla con tus vivencias y escribirla cada día, cada minuto, cada suspiro de tu vida, hasta que tú pongas la palabra